
Busco setas, queso de abadía, embutidos españoles. Busco una falda oriental, calcetines baratos, busco seda, busco lana. Busco comer dimsum o tomar un vino blanco. O champán y unas ostras.
Todo eso busco y hallo cualquier miércoles en la Place du Chatelain.
Gracias a alguien a quien quiero hasta el cielo que me llevó allí una tarde hace ya algún tiempo.
Alguien que me hace soñar cada día en ese futuro que empezamos a ver desde esa plaza y desde tantas otras plazas por las que caminamos, ahora sí, cogidos de la mano.
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Anónimo -