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Donde da la vuelta el aire

No sé que ocurre

No sé que ocurre

No sé que ocurre, o qué te ocurre exactamente. No he conseguido descifrarte. Ayer pasamos por un lugar al que no debemos volver.

Te quiero y no quiero perderte. Ni tampoco la ilusión de emprender una vida juntos.

Nos dice al oído que seamos felices

Nos dice al oído que seamos felices

Va y viene el sol cada día,

se posa como un pájaro en mi ventana.

Ese sol que nos acompaña cuando amanece

para recordarnos que aún estamos vivos.

Pasan los días y las noches.

Y el sol se sucede a sí mismo

como el soldado que monta guardia.

Ese sol que nos ilumina y nos calienta.

Y nos dice al oído que seamos felices.

Los pájaros fluorescentes

Los pájaros fluorescentes

 

Atravesando el viejo puente de Carlos IV

vimos volar a los pájaros con luz.

Daban vueltas alrededor, como linternas volantes

iluminando el camino empedrado.

Recorrimos ese puente varias veces,

de Malá Strana hasta la Ciudad Vieja,

en busca siempre de la magia de Praga.

Y los pájaros fluorescentes

acompañaron nuestros sueños.

Descifrar la tristeza

Descifrar la tristeza

No puedo atrapar al malvado duende que te despertó de noche.

Ni encontrar el antídoto que eliminará el veneno;

aquel líquido oscuro que te hizo beber una bruja.

No consigo descifrar tu tristeza, ni tampoco manejar el timón de tu silencio.  

No logro penetrar en tus ojos y viajar por tu cerebro

en busca de esa tecla que desate la música.

Ni acomodarme en tu cuerpo, ni acompasar tu respiración mientras duermes. 

No puedo saber lo que no quieres que sepa,

ni detener tu llanto a medianoche,

ni comprender lo que tienes y no me dices.

 

The gift

The gift

Watching as you softly sleep
What I’d give if I could keep
Just this moment if only time stood still
But the colors fade away
And the years will make us gray
But baby in my eyes you’ll still be beautiful

And all I want is to hold you forever
All I need is you more everyday
You saved my heart from being broken apart
You gave your love away
And I’m thankful everyday
For the gift

 

(Jim Brickman)

Ya volvimos

Ya volvimos

 

De vuelta de esa ciudad mágica que es un poco Cádiz, y también Sevilla. Que es, con sus calles empinadas y sus casas antiguas, como una inmensa y al mismo tiempo pequeña postal medieval que recuerda los tiempos pasados.

Vimos sus barcos surcando el Tajo camino del Atlántico. Y también sus plazas que recuerdan independencias pasadas y héroes de leyenda. Paseamos en el entrañable 28 y subimos al Barrio Alto en el elevador de Santa Justa.

Fueron pocas horas, apenas dos días colgados de su belleza. Pero tengo la certeza de que pronto volveremos. Cuando, tal vez, nuestra vida haya vuelto a cambiar camino de esa felicidad que ya no se marchará.

Sin tus besos

Sin tus besos

 

Ayer por la tarde el sol se fue temprano. No hallé

tus ojos tristes mirándome. La noche cayó deprisa

y tú estabas demasiado lejos.

El slencio se apoderó de la madrugada.

Apenas el sonido de los coches y las sirenas, siempre ruidosas,

atravesó mis sueños.

Y la cama era muy grande, y tu lado estaba frío.

Y amaneció hoy sin tus besos. Esos besos que ya espero muy pronto.

 

Y después Praga

Y después Praga

 

Esos puentes , ese castillo, esa plaza donde hace unos años la gente pedía libertad. Esa ciudad misteriosa y mágica donde Kafka paseaba sus tribulaciones.

Ahora serás mía, nuestra, por unas horas. Ahora no te escapas, ni se te lleva tu río. No ahora, no hasta que me haya empapado con tu silencio o con tu ruido.

Hasta pronto Praga.

Por fin Lisboa

Por fin Lisboa

 

Ya llega, desde el cielo desbocado, la luna

azul de la noche meridiana.

Un fado forzosamente triste se escucha a lo lejos.

Es la Alfama que acoge el olor de los sueños.

Busco setas, queso de abadía, embutidos españoles. Busco una falda oriental, calcetines baratos, busco seda, busco lana. Busco comer dimsum o tomar un vino blanco. O champán y unas ostras.

Todo eso busco y hallo cualquier miércoles en la Place du Chatelain.

Gracias a alguien a quien quiero hasta el cielo que me llevó allí una tarde hace ya algún tiempo.

Alguien que me hace soñar cada día en ese futuro que empezamos a ver desde esa plaza y desde tantas otras plazas por las que caminamos, ahora sí, cogidos de la mano.

Por si me lees antes de llegar

Por si me lees antes de llegar

Llegas mañana en un pájaro de hierro. Mi corazón ya está acelerando sus latidos. Cuando caiga el sol te tendré de nuevo en mis brazos. Y nada saldrá mal que es como decir todo saldrá bien.

Aquí te esperamos el cielo azul y y yo.

Y no habrá tormentas, ni lluvias, ni ruidos.

Ya son solamente unas horas.

TE QUIERO

Te quiero hasta el cielo

Te quiero hasta el cielo

Te quiero hasta el cielo aunque a veces se cubra,

o aún más lejos.

Te quiero hasta el infinito como decía Buzz Lightyear.

Y más allá.

Pase lo que pase, llueva lo que llueva,

aunque cueste a veces algunas lágrimas,

aunque la tristeza regrese de vez en cuando a tus ojos.

Te quiero hasta el cielo.

Y más allá. 

 

Tormenta que no trae agua

Tormenta que no trae agua

Viene ese rumor que no se acaba con el alba; viene

tan despacio que apenas lo adivino.

Llega como la risa de un náufrago o de un indigente,

como la voz temblorosa de los condenados,

como el paso fatigado de los soldados que regresan de una derrota. 

Ya lo escucho, es un silbido lejano que se aproxima.

 La ola que va a romper con violencia en mi acantilado.

Ahora es más fuerte pero no más valiente. Es la tormenta que ya no trae agua,

el viento del norte, frío y cobarde. 

Viene como siempre, como ayer, como, sin duda, mañana.

Viene invisible, fatal, inevitable.Y ya nada lo detiene.

Toda puerta es inútil, no hay murallas que le resistan. 

Pero que es aquello de lo que hablo. Que calamidad sin nombre,

que catástrofe asesina, que tempestad implacable.

Sólo viene y no le tengo miedo.

Insomnio

Insomnio

Tú y tu desnudo sueño. No lo sabes.
Duermes.  No. No lo sabes. Yo en desvelo,
y tú, inocente, duermes bajo el cielo.
Tú por tu sueño, y por el mar las naves.

En cárceles de espacio, aéreas llaves
te me encierran, recluyen, roban. Hielo,
cristal de aire en mil hojas. No. No hay vuelo
que alce hasta ti las alas de mis aves.

Saber que duermes tú, cierta, segura
—cauce fiel de abandono, línea pura—,
tan cerca de mis brazos maniatados.

Qué pavorosa esclavitud de isleño,
yo, insomne, loco, en los acantilados,
las naves por el mar, tú por tu sueño

(Gerardo Diego) 

 

Tu tiempo es

Tu tiempo es


Que maneras más curiosas
de recordar tiene uno,
que maneras más curiosas:
hoy recuerdo mariposas
que ayer sólo fueron humo,
mariposas, mariposas
que emergieron de lo oscuro
bailarinas, silenciosas.

Tu tiempo es ahora una mariposa,
navecita blanca, delgada, nerviosa.
Siglos atrás inundaron un segundo
debajo del cielo, encima del mundo

Así eras tú en aquellas tardes divertidas,
así eras tú de furibunda compañera.
Eras como esos días en que eres la vida
y todo lo que tocas se hace primavera.
Ay, mariposa, tú eres el alma
de los guerreros que aman y cantan,
y eres el nuevo ser que se asoma por mi garganta


"Mariposas", Silvio Rodríguez (Fragmento)

Frágil

Frágil

Frágiles son tus ojos de tristeza perpetua.

Ojos que me miran y lloran y a veces ríen.

Gotas resbalando en un cristal a punto de romperse. 

Frágil es el sueño de los soldados antes de combatir en la última batalla.

Antes de que se derrame su sangre inútilmente. 

Y frágil es la ilusión que no nos abandona.

Pese a la pena dibujada en tu rostro.

Pese a mi torpe discurso. 

A pesar del viento que sopla de cara,a veces, cuando anochece,

y los fantasmas del miedo regresan a acecharnos.

De nuestra vida y para siempre

De nuestra vida y para siempre

 

No pensemos ya más nunca en los mezquinos. Dejemos a un lado a los estúpidos. Olvidemos el rostro de los cobardes. Aborrezcamos a los difamadores. Arrojemos al abismo de la historia a los cretinos. Ignoremos a los que nos calumnian. Despreciemos a los que nos odian y borremos de nuestra vida, para siempre, a los que sólo quieren hacernos daño.

Ya estoy, casi, en unas horas

 

Del color del vino que hemos bebido tantas veces

son los sueños que nos acercan.

De la risa que sustituye a tu obstinada tristeza

son los cálidos besos que tú me das.

De la multitud que nos contempla o nos ignora

es la vida que me has regalado.

Del tiempo que me quiere herir o me hace recordar

que tengo que vivir, vivir,

junto a tí.

Ya se ve, ya se adivina

Ya se ve, ya se adivina

 

Ya veo otra vez la tristeza.

No me explico de nuevo tu pena.

Será el cielo que cae sin poder evitarlo.

Será que la risa no viene nunca a socorrer el llanto.

Será que todavía no sabes que te quiero.

O que no sé, torpe de mí, expresártelo.

Será que tu miedo es más fuerte de lo que pensabas.

Y no ves la luz aparecer.

Y está ahí mismo.

Al final de este túnel que ya se acaba.

Sonreirán para siempre

Sonreirán para siempre

La luna proyectó la sombra de un barco a la deriva, navegaba sin rumbo entre los acantilados, cerca ya del puerto de Hanko. A proa un marinero cantaba una triste canción de amor. El barco se aproximaba a las rocas pero a aquel hombre la muerte no le importaba.

La canción decía: "No llores, mi amor, porque esté lejos,pronto amanecerá y estaré a tu lado.Entonces tus ojos tristes sonreirán para siempre". 

La lluvia empezaba a caer sin piedad y el aullido del viento ahogó las últimas palabras del joven marinero. Mientras el barco se estrellaba contra las rocas, antes de entrar a puerto, aún pudo escucharse: "tus ojos tristes sonreirán para siempre"